Un primo preocupado me escribió para aclararme que estaba cayendo en la inmoralidad al considerar la participación ciudadana por sobre la competencia profesional (llámese economistas) en las decisiones y en la administración del uso de los recursos fiscales.
Como si el pueblo ignorante no supiera lo que necesita y los expertos tecnócratas fueran nuestra salvación.
Y claro, yo estoy de acuerdo en que nuestras acciones deben ser responsables, pero no estoy de acuerdo en que responsabilidad implique dejar los recursos en manos de economistas y mucho menos si son de derecha.
No digo que de las organizaciones populares van a surgir las propuestas económicas más adecuadas por puro voluntarismo. No, lo que digo es que de la organización popular surgirá el horizonte moral y los principios que deben regir la actividad política y económica y obviamente se necesitaran expertos economistas, tal como se necesita un buen cocinero para comer lo que se desea, es decir, necesitamos expertos que traduzcan responsablemente lo que el pueblo desea, no serán los grandes gurús todopoderosos que hipócritamente trabajan para el pueblo.
El pueblo decidirá quienes serán los expertos y es seguro que elegirán a los mejores pues en ello está mejorar sus vidas.
Pero para que se dé eso realmente, tenemos que formar nuestra conciencia crítica junto con tener una participación más activa en las decisiones de país, con tal de frenar esta pseudo democracia cóctel de millones de dólares y publicidad alienante. De hecho todos sabemos que una campaña política es principalmente mucha foto, slogan, y sentimentalismo. Las propuestas políticas y sus fundamentos pasan a segundo o tercer plano.
Hoy los pingüinos nos están dando una gran lección de organización y lucha.
Quiera Dios que el pueblo recupere su dignidad y no descanse hasta que ninguno se mantenga excluido.
¡Por la libertad, la igualdad y la fraternidad, unidos venceremos¡
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