Los pingüinos se congregan, confluyendo de distintos sectores hacia un objetivo común, es una marcha lenta, pacífica pero no sin riesgos. Es el riesgo propio de las acciones vitales. En esta como en cada marcha se hacen presentes las cientos y miles de marchas de toda la Tierra y de todos los tiempos que se hacen con la misma intención fundamental: Mantener la vida. A diferencia de los pingüinos emperador de la antártica, los nuestros en su mayoría marchan por primera vez y al igual que aquellos, aunque saben que tienen que marchar no tienen todo controlado ni claro, pero no importa, porque con lo que saben basta para que esa marcha tenga sentido. El problema de nuestros pingüinos es un problema que implica a toda la sociedad chilena. Ellos necesitan sentirse participe de una sociedad que los considera importante y que espera de ellos gratitud a la nación que los acoge y les da las herramientas para ser constructores de ¡un futuro esplendor!. Pero para ello, nosotros los mayores debemo