Hace 34 años un día martes como hoy Chile vivió el truncamiento a sangre y fuego de la vía chilena al socialismo, un proyecto eminentemente fraterno que pusiera fin a la miseria y la explotación de campesinos y obreros.
Este día Chile pasó a formar parte de los países latinoamericanos controlados por dictaduras militares funcionales a los intereses capitalistas de la burguesía criolla y del imperialismo norteamericano que miraban con terror como los pobres se alzaban. Según ellos este día fue la liberación del yugo marxista que amenazaba la tradición, la familia y la propiedad, la última cruzada contra los infieles, la vuelta a la verdadera libertad y a la paz social. Una libertad que tiene a más de la mitad de la población viviendo con estrés por las deudas y la falta de trabajo digno, que genera jóvenes frustrados, sin expectativas y por lo tanto violentos. Una libertad de consumir basura (desde alimentos hasta diversión), de elegir representantes dentro de un set de personajes que más bien representan sus intereses y los de su clase.
Dentro de la historia de la humanidad el proyecto de la Unidad Popular quedará como una más de las luchas por la liberación de los oprimidos, pero como siempre la solidaridad fue derrotada por el egoísmo, por los intereses mezquinos y digo mezquinos en general, por que parece que la humanidad no está preparada para asumir una responsabilidad moral tan alta como es el socialismo ni siquiera en los que se dicen llamar socialistas.
Todos los sueños y esperanzas de igualdad, fraternidad y libertad se instalaron en la humanidad y no podrán ser borrados de la conciencia humana a pesar de la alienación en que el capitalismo nos tiene sumidos, a pesar de que las amenazas que se veían en ese tiempo sobre el control de los monopolios transnacionales centrados en EEUU se han hecho realidad y se agudizan cada vez más, pero más temprano que tarde la humanidad se reconocerá como un gran sistema autotrascendente de donde emergerá una superconciencia integrándonos con el sentido del Universo.
Uno se pregunta ¿Cuánto tiempo faltará para que la fraternidad sea más fuerte que la competencia?, ¿Cuándo nos daremos cuenta que las riquezas del planeta bien repartidas solucionarían el hambre, la miseria y la explotación de la faz de la tierra?, ¿Cuánto falta para darnos cuenta que disfrutar con otros es mas gozoso que disfrutar a costa de otros?, ¿Cuándo terminara la servidumbre y la desigualdad?
Mientras exista un solo niño viviendo en la calle, pidiendo limosna, drogándose, no podemos ser felices y esto no se solucionará con el Hogar de Cristo o con reformas sociales. Se necesita una voluntad política de cada uno de nosotros de asumir que las condiciones materiales están dadas. De defender lo que a todos los Chilenos les pertenece: el mar, las tierras, los bosques, la cordillera y sus minerales, los ríos, los lagos y el cielo. No es posible que solo algunos usufructúen de ellos y más encima les den las gracias por dar trabajos miserables.
Mientras haya una persona victima del egoísmo debemos sentirnos avergonzados y reconocer que todavía no nos merecemos llamarnos humanidad.
Este día Chile pasó a formar parte de los países latinoamericanos controlados por dictaduras militares funcionales a los intereses capitalistas de la burguesía criolla y del imperialismo norteamericano que miraban con terror como los pobres se alzaban. Según ellos este día fue la liberación del yugo marxista que amenazaba la tradición, la familia y la propiedad, la última cruzada contra los infieles, la vuelta a la verdadera libertad y a la paz social. Una libertad que tiene a más de la mitad de la población viviendo con estrés por las deudas y la falta de trabajo digno, que genera jóvenes frustrados, sin expectativas y por lo tanto violentos. Una libertad de consumir basura (desde alimentos hasta diversión), de elegir representantes dentro de un set de personajes que más bien representan sus intereses y los de su clase.
Dentro de la historia de la humanidad el proyecto de la Unidad Popular quedará como una más de las luchas por la liberación de los oprimidos, pero como siempre la solidaridad fue derrotada por el egoísmo, por los intereses mezquinos y digo mezquinos en general, por que parece que la humanidad no está preparada para asumir una responsabilidad moral tan alta como es el socialismo ni siquiera en los que se dicen llamar socialistas.
Todos los sueños y esperanzas de igualdad, fraternidad y libertad se instalaron en la humanidad y no podrán ser borrados de la conciencia humana a pesar de la alienación en que el capitalismo nos tiene sumidos, a pesar de que las amenazas que se veían en ese tiempo sobre el control de los monopolios transnacionales centrados en EEUU se han hecho realidad y se agudizan cada vez más, pero más temprano que tarde la humanidad se reconocerá como un gran sistema autotrascendente de donde emergerá una superconciencia integrándonos con el sentido del Universo.
Uno se pregunta ¿Cuánto tiempo faltará para que la fraternidad sea más fuerte que la competencia?, ¿Cuándo nos daremos cuenta que las riquezas del planeta bien repartidas solucionarían el hambre, la miseria y la explotación de la faz de la tierra?, ¿Cuánto falta para darnos cuenta que disfrutar con otros es mas gozoso que disfrutar a costa de otros?, ¿Cuándo terminara la servidumbre y la desigualdad?
Mientras exista un solo niño viviendo en la calle, pidiendo limosna, drogándose, no podemos ser felices y esto no se solucionará con el Hogar de Cristo o con reformas sociales. Se necesita una voluntad política de cada uno de nosotros de asumir que las condiciones materiales están dadas. De defender lo que a todos los Chilenos les pertenece: el mar, las tierras, los bosques, la cordillera y sus minerales, los ríos, los lagos y el cielo. No es posible que solo algunos usufructúen de ellos y más encima les den las gracias por dar trabajos miserables.
Mientras haya una persona victima del egoísmo debemos sentirnos avergonzados y reconocer que todavía no nos merecemos llamarnos humanidad.
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