Quiero comentar esta película argentina, porque me interpeló, o más bien tuvo resonancia en mí.
Podría definirla a groso modo como una mirada al des-encuentro entre la Razón tecnocrática y la razón del corazón ( en el sentido de la famosa frase de Pascal: "el corazón tiene razones que la razón desconoce").
Los sueños, la dignidad, el amor, la participación, la identidad, la utopía, se enfrentan a los criterios económicos, técnicos, al “progreso”, a lo cuantificable, al “desarrollo”que traen la posibilidad de "soñar en grande", de "dignificarse" en el trabajo, de "vivir mejor"…
Vemos en un momento culminante, como, frente a la Razón tecnocrática parece no haber argumentos que la rebatan. Ahí están aplastantemente concretos el dinero, el trabajo, la tecnología, el progreso y el desarrollo ¡Qué otra cosa podemos pedir!.
Es la historia de personas comunes y corrientes, de la clase media latinoamericana (clase baja para los standar de Europa y USA) no son héroes, ni grandes idealistas, simplemente personas con sus contradicciones internas, con sus equivocaciones, que se ven enfrentados a una realidad aplastante, a la realidad del sistema económico que los engulle sin piedad.
Es mejor un Casino moderno, donde entra dinero constantemente de gente que quiere sentirse “ganadora”, quiere sentir el “riesgo” controlado de un juego, un sentimiento finalmente superficial, impersonal, desapasionado, fácil y tristemente pasivo. ¡Pero eso no es problema de la empresa, ni del sistema!, sino de los mismos individuos, “libres “ de elegir lo que aquí se les ofrece. ¡Somos libres!...en consumir lo que nos ofrecen, somos libres de ser huecos y pasivos, nadie nos obliga a ser consumistas, solo hay ofrecimientos, "invitaciones libres"a través de la publicidad y la propaganda. Eso es lo que nos remarcan siempre los publicistas, los sicólogos y los sociólogos de marketing que se autodefinen como "profesionales neutrales", solo hacen su trabajo respetando las leyes y los derechos ciudadanos. Se apoyan en investigaciones científicas neutras y asépticas, ¡¿Quién se puede atrever a criticarlos?!.
Lo razonable es considerar que lo importante es el trabajo, los ingresos, que cada individuo ve como los usa.
¿Para qué continuar con un club deportivo y social?, si se cae a pedazos, si no se sustenta económicamente, , si no tiene éxitos deportivos. ¡Que importa la mirada de una niña que estudia valet, pero que nunca será estrella!.
Lo razonable es preocuparse por los intereses personales, finalmente ese es el motor del Capitalismo, del sistema triunfante, del mejor posible, solo hay que hacerle unas pequeñas modificaciones, mejorarlo, reformarlo, hacerlo más humano, y todo será mejor.
Bueno, finalmente creo que la segunda parte de esta película, extrapolando la dirección de nuestra sociedad tecnocrática e hiper-racional, bien podría ser Matrix.
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